Coloquemos nuestra atención en lo sutil y sencillo, en lo que en apariencia no tiene mayor importancia, allí radica la verdad de la vida, de lo que somos.
Para comprobar esto les invito a responder a sencillas preguntas.
¿Te sientes mal porque no recuerdan las fechas importantes de tu vida
¿ Los saludos para los hitos importantes de tu vida te indican verdadera valoración o reconocimiento a tu persona?
Estas preguntas apuntan a lo que socialmente es correcto.
La siguiente pregunta va dirigida verdaderamente a lo fundamental, a lo esencial y real, a lo afectivo.
¿Te saludan, te preguntan como te sientes, te entregan una palabra de admiración, reconocen lo que entregas, se comprometen con tus problemas y dificultades, te validan socialmente en en circulo de amistades.
El que recuerden ciertas fechas importantes, no asegura ser valorada(o), validada (o)
Existen personas que no accionan desde la afectividad frente a celebraciones o momentos importantes, lo ven como un compromiso social, como algo a lo que deben responder por el impacto negativo que les puede causar sino lo hacen, de allí nace la expresión "tengo que saludar a..." se observa en esta conducta una obligación a cumplir, más que un sentimiento a expresar.
En lo más sencillo podemos leer correctamente nuestra vida y relaciones. Se puede dar lo paradójico de ser saludados ostentosamente para nuestro cumpleaños, pero después pasar meses sin que sepan como estamos, nos sentimos. Es necesaria la palabra de aliento, ayuda, admiración, reconocimiento de valoración, el trato amable y comprensivo.
En estos pequeños gestos se retrata la verdad de nuestra vida, de nuestras relaciones son ellos los que van construyendo la relación, no son dos o tres fechas significativas, durante los 365 días se construyen o destruyen relaciones sean del tipo que sean.